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DATOS DEL INVESTIGADOR PRINCIPAL
Nombre Rafael Ernesto López Ruiz
Nombre del perfíl Investigador Por Proyecto
Grupo de investigación Psicología, Educación y Cultura
Línea de investigación EDUCACIÓN, DIDÁCTICA Y PEDAGOGÍA
Equipo del proyecto
TÍTULO DEL PROYECTO Percepciones y características del consumo de sustancias psicoactivas entre los estudiantes del Politécnico Grancolombiano
PALABRAS CLAVE Sustancias Psicoactivas, Estudiantes Universitarios, Representaciones Sociales
OBJETIVOS DEL PROYECTO Objetivo General:

Percepciones y características del consumo de sustancias psicoactivas entre los estudiantes del Politécnico Grancolombiano

Objetivos Específicos:

Delimitar las representaciones sociales con las que los estudiantes universitarios practican, clasifican y comprenden el fenómeno del consumo de SPA.

Analizar la situación de consumo de SPA en la universidad en relación con sus características específicas.

Socializar los resultados del proyecto con los estudiantes universitarios, utilizando las nuevas tecnologías de la información y comunicación
PERTINENCIA ESPISTEMOLÓGICA DEL PROYECTO En los estudios que se realizan sobre el consumo de SPA entre distintos sectores de la población se utilizan diversas categorías para medir y comparar el tipo de consumo: prevalencia de vida, prevalencia del último año, prevalencia del último mes, consumo, abuso y dependencia. Sin embargo, estas categorías no trascienden los ámbitos científicos y académicos en los que son utilizadas; es decir, estas categorías no se corresponden con las formas como la sociedad entiende el fenómeno, y por lo tanto, no tienen un impacto en la población general.

Indagar por la percepción que tienen los estudiantes universitarios del consumo de SPA nos brinda la posibilidad de construir categorías más acordes con la vivencia que tienen los jóvenes del fenómeno del consumo y con ello una mejor comprensión del mismo, lo que será un insumo invaluable a la hora de diseñar políticas de prevención y protección dirigidas a ese sector de la población.
RELEVANCIA DEL PROYECTO PARA LA INSTITUCIÓN Y PARA LOS BENEFICIARIOS DEL PROYECTO Este proyecto se enmarca entre las lógicas y tendencias actuales frente al problema del consumo de SPA que buscan entender la situación como un problema de salud pública, lo que pone a la Facultad y a la Universidad al paso de las investigaciones y discusiones que se están imponiendo desde la academia. Así mismo, las múltiples facetas de este problema abren la posibilidad de numerosos temas de investigación desde distintas perspectivas.

A nivel de formación el proyecto repercutirá directamente en la electiva I de Psicología: “Drogas: Usos, Abusos, Mitos y Ritos”, aprobada desde el semestre pasado, ya que dicha materia busca una mejor comprensión del fenómeno de las drogas. También se articularán proyectos de investigación formativa en la Cátedra Grancolombiana que tengan como tema el consumo de SPA desde la perspectiva de la Responsabilidad Social Universitaria. Estos esfuerzos serán el primer paso para diseñar un diplomado que estudie este fenómeno (cabe anotar que son escasos los programas de posgrado sobre el tema de las drogas en nuestro país).

Dentro de las prioridades de este proyecto está el socializar los resultados entre los estudiantes universitarios, de modo que cada estudiante pueda ver el fenómeno con la perspectiva suficiente para lograr asumir una postura crítica frente a sus propios hábitos de consumo.

El proyecto brindará información valiosa al Politécnico Grancolombiano, lo que nos permitirá diseñar estrategias específicas para la situación particular de consumo de SPA en nuestra institución. Será también el punto de partida de un Observatorio de consumo universitario de Sustancia Psicoactivas que monitoree la situación entre los estudiantes y diseñe campañas de prevención más efectivas.

Finalmente, asumir el liderazgo en la investigación y prevención del consumo de SPA, le dará al Politécnico Grancolombiano una ventaja competitiva a la hora de vender servicios de asesoría e intervención allí donde sean solicitados, tanto en el sector público como el privado.
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Desde la década de los ochenta, con el profundo impacto que causó en todos los colombianos la violencia del narcoterrorismo, hemos entendido el problema de la droga desde la perspectiva de la producción, y por ello hemos diseñado políticas y estrategias encaminadas a la interdicción del narcotráfico. Sin embargo, desde hace algunos años hemos empezado a enfrentar otra faceta del problema, a saber, el consumo.

Desde esta perspectiva el problema adquiere nuevas dimensiones que demandan esfuerzos intelectuales para poderlas interpretar y comprender; es la academia uno de los sectores llamados a asumir este esfuerzo, no solo por el papel que le corresponde como constructora del conocimiento, sino por ser la población estudiantil uno de los sectores que presenta el más alto consumo dentro de la sociedad colombiana.

Los resultados del Estudio Epidemiológico Andino sobre consumo de drogas sintéticas en la población universitaria de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, 2009 demandan que todas las universidades del país le presten mayor atención a esta situación. El estudio en mención afirma:

“El uso de drogas en los países estudiados es bastante variable, puesto que el consumo alguna vez en la vida fluctúa alrededor de 14% en Bolivia, Ecuador y Perú, mientras que en Colombia es hasta de un 29,6%.” (Comunidad Andina, 2009. P:10)

Esto significa que para este momento, la prevalencia de vida de consumo de Sustancias Psicoactivas (SPA) entre nuestros estudiantes duplica el promedio de consumo entre sus pares de la región. Vale la pena preguntarse ¿qué está sucediendo?

Ahora bien, el problema no se limita al consumo de ‘drogas ilegales’, ya que el consumo de alcohol entre los estudiantes es reconocido cada vez por más universidades como un problema muy serio. Es bien sabido que el abuso del alcohol se encuentra entre las causas de la deserción estudiantil, lo que ya muestra un vínculo digno de atención, pero la situación es tan grave que los estudiantes llegan al extremo de gastar todo su dinero en alcohol y luego pedir limosna para poder pagar el trasporte hasta sus casas, o en algunos casos para poder seguir bebiendo. (Universidades denuncian proliferación, s.d.) Por su parte, los especialistas en trastornos alimentarios y en adicciones han empezado a acuñar el término ‘alcoholexia’ para describir el comportamiento de mujeres como Daniela García, una joven de 23 años estudiante de veterinaria, que deja de comer para poder tomar sin engordar. “Daniela no cree tener problemas con el alcohol. Dice que sabe cuánto dejar de comer para amortizar las más de 200 calorías que aporta un coctel.” (Alcoholexia, s.d.) Esta preocupante situación se acentúa aún más al tener presente que al llegar a primer semestre, uno de cada dos estudiantes es un consumidor habitual de alcohol. Así lo afirma el estudio Jóvenes y drogas en países sudamericanos: Un desafío para las políticas públicas realizado por la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas (UNODC), en el que dice que el 51.6% de los menores colombianos que participaron en el estudio habían consumido alcohol en los últimos 30 días antes de realizado el mismo (UNODC, 2006. P:9). Quisieramos resaltar que estamos hablando del consumo por parte de menores de edad, que legalmente no pueden comprar alcohol. En el caso de los estudiantes universitarios, Londoño et. al (2005) reporta que el 50% de los jóvenes presentan un consumo moderado de alcohol, el 27,8% un consumo perjudicial y el 8,9% dependencia.

Este mismo estudio menciona que la cultura universitaria provee a los jóvenes de una serie de afirmaciones positivas acerca del alcohol y sus efectos, que son incorporadas como creencias y actúan como reguladoras del comportamiento de consumo. En este sentido, podría decirse que hay una serie de representaciones respecto a las SPA que determina los patrones de consumo, al tiempo que tales patrones son entendidos en función de dichas representaciones, en otras palabras, los conocimientos que se construyen colectivamente alrededor de las SPA, su consumo y sus efectos, permiten a cada joven interpretar y orientar sus prácticas de consumo y las de los demás.

Resulta evidente que es necesaria una mirada más atenta, para lograr entrever las posibilidades que permitan una intervención que afecte realmente los hábitos de consumo de los estudiantes universitarios, tanto de las drogas ilegales como de las legales. En este punto, debemos reconocer que las campañas educativas convencionales han mostrado ser poco efectivas dentro de la población joven; fenómeno que obedece a distintos factores, de los cuales tanto las experiencias como las representaciones que los propios jóvenes tienen frente al consumo de alcohol y SPA marcan un distanciamiento con los discursos oficiales. Esto se debe a que “El modelo actual de política de represión de las drogas está firmemente arraigado en prejuicios, temores y visiones ideológicas.” (Gaviria et al, 2009. P:6) que se contradicen y desvirtuan con la experiencia cotidiana de los estudiantes. El diseño de las campañas educativas y de prevención debe ser consistente con la experiencia de las personas a las que se destinan, de lo contrario se conjura su fracaso. De la necesidad de diseñar campañas efectivas es que surge el problema que nos compete, y es la escasez de categorías que nos permitan descripciones más acordes a la experiencia de los jóvenes frente al fenómeno de consumo de SPA.

Lo limitado de nuestras categorías para entender el consumo de SPA se evidencia en el uso coloquial del lenguaje, según el cual marihuanero es sinónimo de drogadicto, lo que equivaldría a decir que bebedor es sinónimo de alcohólico. No existe ninguna categoría intermedia entre el abstemio y el adicto, solo blanco o negro, nada de grises. La misma Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, que boga por un cambio de paradigma, habla de la rehabilitación de los consumidores (Gaviria et al, 2009), postura que será sin duda rechazada por todos aquellos consumidores que no consideran necesario someterse a un tratamiento de rehabilitación. Esta misma dicotomía puede verse en uno de los testimonios obtenidos en una investigación realizada entre estudiantes universitarios bogotanos, tal como lo afirman los investigadores:

“Este testimonio evidencia la encrucijada que enfrentan los jóvenes entrevistados para aceptar o rechazar el consumo de SPA, por lo cual entra en una contradicción entre el control y no control, entre la abstinencia o la dependencia.” (Sánchez y Galera, 2004)

Esta división tan clara entre los abstemios y los adictos, empieza a difuminarse al contrastarla con la experiencia de los jóvenes, por lo que buscamos unas categorías que nos permitan una descripción más cercana del fenómeno y una mejor comprensión del mismo.

Sin embargo, estas categorías solo tienen sentido si son como tal reconocidas por ellos mismos, lo que hace que sea su perspectiva la que deba ser estudiada. La pregunta a resolver es: ¿cuáles son las percepciones y características del consumo de sustancias psicoactivas entre los estudiantes del Politécnico Grancolombiano?

Es preciso anotar que consideramos probable que la multiplicidad de miradas difumine las fronteras al punto de que no nos permita determinar dichas categorías con claridad, resultado digno de análisis e interpretación, que nos permitirá otro acercamiento nuevo a este problema que hasta ahora empezamos a construir.

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METODOLOGÍA La investigación está dividida en dos fases, una primera cualitativa, que busca delimitar las percepciones del consumo que tienen los estudiantes. La información recabada en esta primera fase será de vital importancia para el diseño del instrumento que se aplicará en la cuantitativa. Este segundo momento busca establecer la situación real de consumo en nuestra universidad.

1ª fase: En esta fase de la investigación se empleará una metodología cualitativa para realizar la descripción y análisis de las representaciones sociales de los jóvenes sobre el consumo de SPA.
Las técnicas a emplear en la recolección de datos son los grupos focales y las entrevistas semiestructuradas.
Los grupos focales se entenderán como reuniones con modalidad de entrevista grupal, en donde se busca que un grupo de personas, previamente seleccionadas por los investigadores, discutan, desde sus experiencias individuales y colectivas, acerca del consumo de SPA.
Las entrevistas semiestructuradas (o enfocadas) se entenderán como aquellas con unos lineamientos temáticos definidos que orientaran la conversación según los intereses del estudio, sin excluir las experiencias, ideas, valores y estructura simbólica del entrevistado.
En cuanto al análisis de los datos, se empleará la herramienta informática de análisis cualitativo Atlas Ti.

2ª fase: En el segundo momento se empleará una metodología cuantitativa, descriptiva, transversal, con encuesta autoaplicada online. El diseño de la encuesta con las variables definitivas dependerá de los resultados obtenidos en la primera fase, pero cabe anotar que estará basado en el instrumento utilizado por el estudio realizado por la Comunidad Andina, para garantizar que nuestros resultados sean comparables.
Son variables posibles: Sexo, Edad, Carrera, Jornada, Semestre, Alcohol, Marihuana, Cocaína, Éxtasis, LSD, Ketamina, 2cb, Popper, Heroína, Cigarrillo, Consumo, Abuso, Dependencia.
El universo serán los estudiantes de las dos jornadas del Politécnico Grancolombiano. El tamaño de la muestra se establecerá con la asesoría de Sandra Rojas, Directora de Investigación Aplicada de la universidad.
RESULTADOS ESPERADOS En la fase cualitativa esperamos encontrar una gran diversidad de miradas y términos, así como una mayor diferenciación de tipos de consumo entre aquellos que consumen una sustancia específica, en comparación con una escacez de categorías entre quienes no consumen dicha sustancia.

En la fase cuantitativa esperamos encontrar patrones de consumo similares a los del estudio de la Comunidad Andina, mayor consumo en hombres que en mujeres en todas las sustancias, alto consumo de alcohol y tabaco. También esperamos poder indentificar nuevas características y relaciones al incluir variables como 'jornada' y 'carrera'
DURACIÓN DEL PROYECTO
POSIBLES FUENTES DE FINANCIACIÓN EXTERNA
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Construcción social de la realidad

Las campañas de prevención de consumo de SPA toman como referente de realidad únicamente la descripción epidemiológica que se hace sobre el consumo, de este modo hay una suerte de dimensionamiento cuantitativo respecto al “problema de las drogas” a partir del cual se toman decisiones en materia de proyectos y políticas públicas, pero en contadas ocasiones reconoce las perspectivas particulares de la población a la cual van dirigidas. Dichas perspectivas no son miradas inconexas y difusas sobre el consumo de SPA, lejos de ello, son elementos constituyentes y reproductores de realidad.

En la misma línea de Berger y Luckman, partiremos del hecho de que la realidad se construye socialmente (Berger & Thomas, 1993; Ritzer, 1997). Aún cuando “la realidad social aparece, por lo general, para los actores sociales como algo objetivo y evidente, legítimo, incuestionable y anónimos o independiente de los propios actores” es construida y actualizada cotidianamente por los actores inmersos en ella. “La realidad se establece como consecuencia de un proceso dialéctico entre relaciones sociales, hábitos tipificados y estructuras sociales, por un lado, e interpretaciones simbólicas, internalización de roles y formación de identidades individuales, por otro; el sentido y carácter de esta realidad es comprendido y explicado por medio del conocimiento” (Quintanilla & Moreno, 2009), conocimiento que también es construido socialmente y refiere a los conceptos e ideas a partir de los cuales aprehendemos el mundo en el cual vivimos, un mundo de significados cuyo sentido y significación es construido por nosotros mismos a partir de la interacción social, pues la realidad humana es de naturaleza relacional.

A este respecto resulta útil la propuesta del interaccionismo simbólico que resalta la interacción social como el modo mediante el cual las personas aprenden los significados y los símbolos que les permiten ejercer su capacidad de pensamiento distintivamente humano, no de una manera pasiva, sino creando y recreando la realidad a través de los símbolos (Ritzer, 1997). Como premisas básicas del interaccionismo simbólico Blumer (1968) plantea que los humanos actúan respecto de las cosas sobre la base de las significaciones que estas cosas tienen para ellos, o lo que es lo mismo, la gente actúa sobre la base del significado que atribuye a los objetos y situaciones que le rodean; la significación de estas cosas deriva, o surge, de la interacción social que un individuo tiene con los demás actores; y estas significaciones se utilizan como un proceso de interpretación efectuado por la persona en su relación con las cosas que encuentra, y se modifican a través de dicho proceso.
La interacción social y su dimensión socializadora, es reconocida por Blumer como el contexto en el cual los humanos interactúan con símbolos para construir y negociar significados, mediante los cuales adquirimos información, conocimiento, valores y desde ahí, entendemos nuestras propias experiencias y las de los otros. Es un procesos dinámico en el que el sujeto da forma y adapta la información que recibe (Ritzer, 1997).

En este sentido, el presente proyecto considera que la mirada sobre el consumo de SPA debe trascender las cifras que lo dimensionan como una realidad despojada de sentidos y el enfoque psicologista que individualiza sus características. Si aceptamos que el consumo de SPA es una realidad, que como cualquier otra, se construye socialmente a través de la interacción social, del intercambio y negociación de significados, atender dicha realidad acertadamente no será posible sin un reconocimiento emic de ella, cómo entienden los jóvenes el consumo, cómo lo representan, cómo lo nombran.


Representaciones sociales

Tras un reconocimiento cuantitativo de las características del consumo, el presente proyecto se ocupará de la manera en que los jóvenes construyen colectivamente una realidad sobre el consumo SPA, a través del estudio de las representaciones sociales conexas a ella.

Serge Moscovici, inspirado en el concepto de representaciones colectivas de Durkheim, acuña el término de representaciones sociales y lo define como “una modalidad particular de conocimiento cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación” (Moscovici, 1961. P:17-18).
Partiendo de este primer concepto Martín Mora define las representaciones sociales como el conocimiento de sentido común originado en el intercambio de comunicaciones del grupo, cuyo objetivo es comunicar, estar al día y sentirse dentro del ambiente social. Permite que los individuos se ubiquen dentro de lo que conocen (Mora, 2002). Denise Jodelet, una estudiosa de las representaciones sociales planteas que éstas son “una forma de conocimiento específico, el saber de sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos generativos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal.” (1984: 474). (Austin, 1998)

Teniendo como primer referente la definición de Moscovici, pero sin desconocer los desarrollos posteriores del concepto, en este proyecto se adoptará la definición de representaciones sociales que sintetiza Araya como “sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos, opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación actitudinal positiva o negativa. Se constituyen, a su vez, como sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios interpretativos y orientadores de las prácticas, que definen la llamada conciencia colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las posibilidades de la forma en que las mujeres y los hombres actúan en el mundo” (Araya, 2002. P: 11)


El lenguaje y la realidad

Las representaciones sociales se anclan a otro de los lineamientos de este proyecto que apuntan al reconocimiento del papel del lenguaje en la construcción de realidad, la manera en que se nombran los objetos del mundo contribuye a la construcción misma de dichos objetos. En esta medida, resulta pertinente conocer las prácticas discursivas que circulan sobre el consumo de SPA, entre las que se incluye las clasificaciones que realizan los jóvenes respecto a tipo de consumo y el tipo de consumidores, como prácticas que determinan esa realidad.

El lenguaje desborda su función descriptiva, en tanto es eminentemente formativo de la realidad, hablar es una forma de acción que permite construir el mundo. Cuando yo digo ciertas cosas, la acción está exactamente en aquello que yo digo (Austin, 1998). El discurso es más que el habla, es una práctica social como cualquier otra. Las prácticas discursivas hacen algo más que utilizar signos y reglas lingüísticas, forman sistemáticamente los objetos de que hablan (Foucault, 1966).


Panorama del consumo y de la información disponible

La situación de consumo de SPA a nivel mundial es difícil de valorar. Se estima que durante el 2008 entre 155 y 250 millones consumieron sustancias ilícitas y entre 16 y 38 millones son clasificados como “consumidores problemáticos” (UNODC, 2010). Estos amplios rangos que incluyen varios millones de diferencia se deben a que esta información está basada en muchas estimaciones, resultado de la falta de un patrón único y comparable de medición. “La falta de datos en muchos países sigue limitando la comprensión del problema del consumo de drogas en un gran número de ellos” (UNODC, 2010. P:4)

La situación de Colombia no es más clara, ya que los estudios sobre consumo de SPA en la población general no se hacían en el país desde 1996, ante lo cual el reciente estudio nacional de consumo (Ministerio de Protección Social, 2008) brinda información valiosa, pero que no cuenta con informes anteriores con los cuales pueda ser comparada. Ahora bien, al comparar las cifras reportadas por otros países suramericanos la situación de Colombia respecto al consumo de sustancias ilícitas es intermedia “con cifras similares a las de Bolivia, superiores a las de Ecuador y Perú, pero inferiores a las de Argentina, Chile y Uruguay” (Ministerio de Protección Social: 2008). A pesar de que según estas cifras la situación de Colombia no parezca especialmente preocupante, el mismo estudio afirma que “El consumo de sustancias psicoactivas en Colombia tiene dimensiones y características que lo hacen una problemática acuciante y con serias implicaciones sobre el bienestar de la población, la salud pública, la convivencia ciudadana, la seguridad y el futuro de las nuevas generaciones” (P:145)

Al centrar la mirada en el grupo poblacional que nos interesa para el presente proyecto, encontramos que el rango comprendido entre los 18 y 25 años de edad es el que presenta los más altos índices de consumo en todas las sustancias (Ministerio de Protección Social: 2008; Comunidad Andina, 2009). El estudio realizado por la Comunidad Andina presenta información específica sobre el consumo entre los estudiantes universitarios de los cuatro países participantes, de lo que resulta que en comparación con Perú, Ecuador y Bolivia, los estudiantes universitarios colombianos muestran índices de consumo muy elevados. Sin embargo, la información disponible sobre las características del consumo entre los estudiantes universitarios colombianos es poca y tiene muchos vacíos. Se necesitan más estudios que brinden información discriminada que permita análisis más precisos sobre este fenómeno.

Categorías de análisis y clasificación del consumo

Una de las características que dificulta la intervención en el consumo de SPA entre los jóvenes, es la distancia que existe entre el lenguaje médico y el lenguaje cotidiano para interpretar el fenómeno. La mayoría de los estudios sobre consumo de sustancias establecen una primera categoría, que es precisamente la de ‘consumo’. Ella se refiere a el uso una o más veces de una SPA, y se establecen subcategorías como ‘consumo en el último mes’, ‘consumo en el último año’, ‘consumo alguna vez en la vida’. Estas categorías, sin embargo, dicen muy poco sobre el tipo de consumo que una persona tiene. Para intentar valorar este item se utilizan otras dos categorías: ‘abuso’ y ‘dependencia’, basadas en el instrumento AUDIT (Test de Identificación de Trastornos Debidos al Uso de Alcohol), el DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales - IV) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10). Por otro lado, Flórez (2002) propone 4 niveles para entender el consumo de alcohol entre estudiantes universitarios: ‘no consumo’, ‘consumo moderado’, ‘consumo perjudicial’ y ‘dependencia alcohólica’. Por su parte, Becoña y Vásquez (2001), así como Pérez (1999) clasifican el consumo de SPA en: ‘experimental’, ‘social’, ‘regular’, ‘intenso’ y ‘compulsivo’. Es necesario analizar estas distintas clasificaciones y sus criterios, así como establecer similitudes y correspondencias con las clasificaciones que surjan de los propios estudiantes, con la intención de superar, o al menos acortar la brecha que separa lo médico-académico de lo cotidiano.


Bibliografía

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ENTREGABLES
CRONOGRAMA
TIPO DESCRIPCIÓN F.INICIO F.FINAL
Actividad Revisión bibliográfica 7/2/2011 7/11/2011
Actividad Trabajo con grupos focales 7/3/2011 12/9/2011
Actividad Diseño de las entrevistas semiestructuradas 11/4/2011 6/6/2011
Actividad Realización de las entrevistas 12/6/2011 12/9/2011
Actividad Análisis de datos 12/9/2011 7/11/2011
Actividad Preparación del evento académico 12/9/2011 7/11/2011
Entregable Divulgación - Conferencia: (Realización del evento académico) 18/11/2011
Actividad Escritura del artículo de investigación 7/11/2011 2/12/2011
Entregable Artículo de investigación 2/12/2011 2/12/2011
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PEDIDO DE BIBLIOGRAFÍA
AUTOR TÍTULO EDITORIAL
Escohotado Antonio Historia general de las drogas Espasa Calpe Mexicana
Foucault Michel Las palabras y las cosas Siglo XXI
Austin John L. Como hacer cosas con palabras Paidós
Berger Luckmann La construcción social de la realidad Amorrortu
Courtwriht David Las drogas y la formación del mundo moderno Paidós
ANEXOS