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DATOS DEL INVESTIGADOR PRINCIPAL
Nombre Juliana Castellanos Díaz
Nombre del perfíl Investigador Por Proyecto
Grupo de investigación Comunicación Estratégica y creativa
Línea de investigación Procesos Comunicacionales Urbanos y Mediáticos
Equipo del proyecto
TÍTULO DEL PROYECTO OBSERVATORIO DE MEDIOS: COLOMBIA REPRESENTADA EN LA PRENSA DIGITAL DE LOS PAÍSES FRONTERIZOS DE HABLA HISPANA.
PALABRAS CLAVE Prensa digital, discursos mediáticos, representaciones mediáticas, opinión pública internacional, gobierno, países fronterizos.
OBJETIVOS DEL PROYECTO Objetivo General

Analizar cómo se representa al gobierno colombiano en los principales periódicos digitales de los países fronterizos de habla hispana: Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá.

Impacto

Consolidar un observatorio de medios cuya función sea analizar las formas de representación sobre el gobierno colombiano en los principales periódicos digitales de los países fronterizos de habla hispana: Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá.

Objetivos específicos (FASE 2)

1. Evidenciar los indicadores que permitan diferenciar el observatorio de medios del Politécnico Grancolombiano de los observatorios de medios de otras universidades del país, a través del análisis de las formas de representación del gobierno colombiano en los dos periódicos digitales más importantes de Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá.

2. Comparar las representaciones que durante el 2011 hacen los dos periódicos digitales más importantes de Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá, sobre el gobierno colombiano.
PERTINENCIA ESPISTEMOLÓGICA DEL PROYECTO 1.
La primera fase de esta investigación evidenció, en el estado del arte, que en Colombia las investigaciones sobre los medios de comunicación se están desarrollando desde observatorios de medios, lo que ha generado, desde 1999, un boom de estas instancias en las facultades de Comunicación Social del país. En la actualidad el país cuenta con 11 observatorios de medios y 18 proyectos encaminados a convertirse en ello en un plazo de uno o dos semestres. En suma, Colombia tendrá, en 2011, 29 observatorios aproximadamente. De ellos solo se han identificado 3 observatorios, contando este proyecto, pensados para el análisis de medios digitales. La oportunidad de continuar estudiando estos nuevos medios, desde lo multimedial y lo hipertextual, y desde quienes lo producen, en el plano fronterizo, se convierte en argumento clave para dar continuidad al proyecto en su fase 2.

2.
El estudio de la prensa digital es un trabajo reciente, en formación, que requiere de investigaciones que amplíen el espectro del conocimiento. La mirada a este objeto de estudio implica la consolidación de metodologías que permitan la comprensión de lo que en esta materia ocurre en América Latina. Esto es pertinente en tanto que hay una cuantiosa producción bibliográfica sobre el tema enfocada al análisis de medios digitales europeos, mientras que escasean los análisis a los medios digitales de la región.

3.
La consolidación de un observatorio de prensa digital fronteriza de habla hispana para pensar las formas de representación del actual gobierno colombiano, deberá implicar la conformación de redes virtuales de conocimiento, que permitan un trabajo colaborativo que amplíe los alcances de la investigación.
RELEVANCIA DEL PROYECTO PARA LA INSTITUCIÓN Y PARA LOS BENEFICIARIOS DEL PROYECTO La consolidación en la fase 2 del observatorio es pertinente para la sociedad y para la facultad en tanto que no hay en Colombia un observatorio de medios vinculado a un programa de comunicación que reflexione sobre la construcción de sentido que se hace desde las representaciones que sobre el actual gobierno de Colombia construye la prensa digital de Venezuela, Ecuador, Perú y Panamá. La urgencia de este tipo de proyectos radica en el lugar que ocupa el país en la agenda política de los Estados fronterizos, lo que se evidencia en la constancia con la que se publica información (negativa) sobre Colombia en la prensa digital de los países vecinos. En consecuencia, es importante conocer y comprender las representaciones que por allí circulan en tanto que a ellas obedece una parte de los imaginarios colectivos que las naciones fronterizas tienen sobre Colombia.
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Contexto
El importante lugar que ocupa Colombia en la agenda latinoamericana se enmarca en una larga lista de problemas y políticas internas que, tras superar sus dimensiones locales, afectan -de forma positiva o negativa- a los países latinoamericanos, pero con más ímpetu a los países fronterizos. Se pueden señalar, entre otros, el desplazamiento de colombianos víctimas del conflicto a los países cercanos, la persecución al narcotráfico (fuentes, grupos, rutas), la expansión de los grupos guerrilleros y paramilitares a las fronteras, la huída de algunos de sus máximos líderes a otros territorios, el establecimiento de siete bases militares norteamericanas en territorio colombiano, y las decisiones político-militares del saliente presidente Álvaro Uribe Vélez en pro de la seguridad democrática (violación del territorio ecuatoriano para la operación militar en la que murió Raúl Reyes, la operación militar en Venezuela para la captura de Rodrigo Granda) lo que generó serios conflictos en las relaciones bilaterales con sus homólogos vecinos. A esto se suma la elección democrática de Juan Manuel Santos como presidente de Colombia quien, como Ministro de Defensa de Uribe, sostuvo serios enfrentamientos con los gobiernos fronterizos. No obstante, Santos ha dado prioridad en sus primeros días de gobierno al acercamiento con los presidentes vecinos y al restablecimiento de las relaciones entre Venezuela y Colombia.

Lo expuesto obliga a que los diferentes medios de comunicación extranjeros tengan la mirada sobre Colombia, por las repercusiones que cobran los temas señalados en las agendas de la región. Por lo tanto, pensar a Colombia en la actualidad requiere asumir que sus realidades se entretejen con las de otras naciones de manera visible o pública gracias a la acción de los medios de masas tradicionales, pero con más ímpetu por la colonización de éstos en internet. Cuya consecuencia primera es la consolidación de una opinión pública internacional. En este escenario la aldea global de MacLuhan cobra vida, y evidencia la ruptura espacial y temporal que Thompson describe cuando habla de las repercusiones de los medios de masas en la modernidad: “La reordenación del espacio y el tiempo ocasionada por el desarrollo de los media es parte de un conjunto de procesos más amplios que han transformado (y siguen transformando) el mundo moderno. Estos procesos se describen en la actualidad comúnmente con el nombre de globalización” (1998, pag 199). Parte de las transformaciones que el autor menciona se consolidan en la asistencia, conocimiento y apropiación de acontecimientos que escapan a la esfera cotidiana de los receptores, creando así un nuevo orden social en el que naciones geográfica y culturalmente distantes construyen representaciones globales sobre hechos que, afectándolos o no, son materia prima para el constructo de significados e imaginarios sobre un determinado país.

La manera, o las maneras, como los países hispanoamericanos leen a Colombia está determinada por un doble flujo de información. El primero, que es el que interesa a este proyecto, es el flujo mediático, que proviene de la construcción discursiva que unos sujetos emisores hacen sobre un hecho particular y lo transmiten a través de los medios de masas (en este caso medios digitales). El segundo se puede denominar flujo de comunicación dialógica, se trata de aquella información producida desde la experiencia social directa en la cual existen sistemas de comunicación distintos a los medios masivos (diálogos cotidianos- rumores, etc).

Ambos modos de información edifican lo que Teun Van Dijk denomina modelos de acontecimientos o representaciones discursivas, a través de las cuales las personas estructuran imágenes concretas de la realidad. Los medios de masas se ubican en este campo como un gran poder, incluso porque permean y condicionan la comunicación dialógica, desde sus diversos discursos.

En este marco se instala la pregunta guía de este proyecto: ¿Cómo se representa, durante el 2011, el actual gobierno de Colombia en los dos periódicos digitales más importantes de Venezuela, Ecuador, Perú y Panamá?.
Propuesta

Es pertinente continuar en la consolidación de un observatorio de medios digitales que explore las representaciones que sobre el actual gobierno de Colombia circulan en la prensa digital de Venezuela, Ecuador, Perú y Panamá. La fase dos estará enfocada en la consolidación de proyecto institucional del observatorio y en el desarrollo de trabajo de campo, la fase 1 fue una etapa exploratoria que permitió conocer el trabajo de los observatorios del país, y aproximarse al lugar que ocupa Colombia en la agenda mediática de los países fronterizos.
METODOLOGÍA Tamaño y características de la muestra

El Observatorio de Medios: Colombia representada en la prensa digital de los países fronterizos, monitoreará (constantemente) y analizará (periódicamente) en su segunda etapa los dos periódicos digitales más importantes de Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá.

El Departamento Nacional de Planeación de Colombia expone en su página web un documento en el que presenta los países fronterizos de Colombia territoriales y marítimos: “límites territoriales con Brasil, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela, y a nivel marítimo en dos océanos con Panamá, Costa Rica, Ecuador, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana y Venezuela.” (www.dnp.gov.co) De estos países se eligen, en pro de la investigación, los que son frontera terrestre y que tienen por principal lengua el español.

De cada uno de los países seleccionados se toma el periódico de mayor reconocimiento (por nivel de circulación, y lectura) con versión digital y acceso gratuito. El impacto de estos medios en la red se establece por el número en promedio de hits por hora, esto es, el número de clicks que reciben dentro de su página.

Venezuela: El Nacional El Universal
Ecuador: El Comercio El Universo
Perú: El Comercio La República
Panamá: La Prensa Panamá América


Técnicas de recolección y procesamiento de la información

“Los observatorios (…) deben dar cuenta, metodológicamente hablando, de un elemento especial: ‘la pieza comunicativa’, en sí, es decir, el producto. Los estudios de audiencias, y los estudios sobre las lógicas de producción son formas válidas y necesarias que ayudan, igualmente, a comprender todo ese ecosistema comunicativo” (Morales, Roveda, Tamayo, 2008, p. 336).


Monitoreo de prensa digital:
1.
El observatorio debe hacer una exploración diaria a las páginas virtuales de los 8 medios seleccionados. La información periodística que se encuentre sobre Colombia a partir de la categoría propuesta (lo político) debe ubicarse en una matriz que se ha denominado, desde la fase 1, MATRIZ HISTÓRICA en tanto permite guardar datos contextuales del artículo para los estudios posteriores, esto configura el banco de información del observatorio: Fecha, periódico, sección, titular, autor, tópicos del artículo, link.

El monitoreo ha de ser insumo para consolidar una cronología trimestral sobre lo publicado en los periódicos digitales fronterizos.
2.
Las matrices del monitoreo y las cronologías se constituyen en materia prima para la construcción de los análisis pertinentes que el observatorio debe consolidar por criterio de lo temporal (cada dos meses) por planeación temática (casos que se planean explorar por agenda regional: cumbres, negociaciones, acuerdos, tensiones, conflictos, elecciones presidenciales), o por momentos coyunturales (aconteceres no previstos, consecuencias de decisiones políticas, comunicados de prensa, acciones militares, posiciones estatales, acciones terroristas, entre otras).

Metodologías para determinar las representaciones del actual gobierno de Colombia:
Se propone tomar elementos del análisis del discurso y combinarlos con los elementos de evaluación de los hiperdocumentos propuestos (documentos digitales que deben contender tres características sustanciales de los nuevos medios: Multimedia, hipertexto, interactividad).

Análisis del discurso:
Se parte de la teoría de Van Dijk (1990, 2000): Estudio sobre las estructuras del discurso periodístico. Se toman tres niveles estructurales de la información: La estructura de contexto y la estructura semántica

1.
-La estructura de contexto debe ser entendida como el “conjunto estructurado de todas las propiedades de una situación social que son posiblemente pertinentes para la producción, estructuras, interpretación y funciones del texto y la conversación” (Van Dijk, 1998, p. 266). Para este trabajo se toman las estructuras de contexto que se evidencian desde el hipertexto.

Para visualizar las características de la estructura mencionada el autor plantea 15 niveles de los cuales se toman 3 que sirven a los fines de este trabajo: 1) la circunstancia, momento en que se produce el discurso; 2) El rol del participante, cómo se sitúan los implicados en un hecho desde el discurso (fuentes de información, quiénes son y qué dicen); 3) los otros sociales que son aquellos sujetos a los cuales hace alusión un discurso pero que no participan de él porque no son utilizados como fuentes de información, es decir, son personajes nombrados pero no tiene voz dentro del texto.

2.
-La estructura semántica se compone de conceptos que entrelazados o en red implican unos significados que repercuten en las representaciones que los receptores hacen de unos contextos determinados. La red semántica en un discurso mediático se evidencia desde los siguientes niveles: 1) los tópicos que son la jerarquía en el que se presentan los temas que componen el discurso noticioso; 2) La coherencia local que permite comprender la forma como el sujeto emisor explica un hecho a partir de 5 subniveles: hipótesis de causas y consecuencias del hecho, generalización de grupos o datos que hacen parte del acontecer, especificación de unos datos más que de otros, ejemplos que resaltan la acción negativa o positiva de una de las partes del acontecer, y los contrastes entre las partes y los datos.

3. La estructura gráfica que en este trabajo se inclina a lo multimedial: busca categorizar las imágenes a partir de tres conceptos sobre los que puede mirarse la estructura gráfica del discurso. La primera de ellas es la función cognitiva que busca controlar la atención y el interés durante la comprensión e indican qué información es importante o interesante o debería ser considerada así. La segunda es la función social, aquí las fotografías se miran desde el campo de asociaciones con, por ejemplo, los grupos, organizaciones y estilos culturales. La tercera función es la ideológica, a partir de lo cual se intenta analizar qué o quiénes se proyectan como lo negativo, y qué o quiénes como lo positivo. ( Van Dijk, 1998, p. 256)

Descripción de la arquitectura de la información digital
Cada uno de los artículos que se analicen desde la óptica del análisis del discurso, serán estudiados en su forma a la luz de cinco categorías expuestas por José Álvarez Marcos, profesor de la Universidad de Sevilla. Según el autor “el nuevo discurso cibernético, propio del ciberperiodismo, tiene cinco características definitorias que condicionan tanto la estructura redaccional de las informaciones como su presentación visual y gráfica” (2003, p: 243).

Multimedialidad: La escritura del periódico se mezcla con el sonido y la imagen en movimiento.

Hipertextualidad: Gracias al lenguaje hipertextual los diarios cibernéticos adquieren una tercera dimensión, porque permite una navegación al interior del hipertexto, a través de enlaces que posibilitan la ampliación de la información. Se rompe de esta manera con la linealidad de la comunicación analógica.

Instantaneidad: Con los nuevos medios la escritura puede entrar a competir con la velocidad de la radio y de la televisión para actualizar sobre cualquier hecho. “En internet la estricta noción de actualidad adquiere una dimensión nueva por el hecho de ser acumulativa, y no sustitutiva, acumulativa y secuencial como se materializa en los medios convencionales” (2003, p: 243).

Interactividad: El proceso comunicativo que imponen los nuevos medios implica un receptor más activo que el de los medios convencionales, en tanto puede intervenir, en algunos espacios, directamente en la información con comentarios, vídeos y audios. De modo que complementa, refuta u opina sobre el relato que el sujeto emisor a puesto en el espacio digital.

Universalidad: “En la red ningún periódico se agota y no existe más barreras y distancias que las impuestas por el ancho de banda utilizable y la calidad de los accesos” (2003, p: 243). Al fragmentarse el concepto de distancia y tiempo la información de cualquier periódico digital del mundo se obtiene en segundos, lo que genera en muchas personas un interés por hechos distantes a su contexto inmediato.
RESULTADOS ESPERADOS - La consolidación del observatorio de medios como un espacio de estudio de la prensa hispanoamericana que contribuya a la investigación constante, a la formación de los estudiantes y al trabajo de los docentes.
- Visibilizar el observatorio de medios desde una página web (la página de investigación de la Universidad/ SICRE).
- Construir redes para consolidar trabajo colaborativo del observatorio, en aras de estudiar las representaciones que desde los discursos periodísticos hispanoamericanos se hacen sobre la realidad política, económica y social de Colombia.

- Ser oportunos en el seguimiento y análisis de la información mediática de los 8 periódicos digitales fronterizos sobre el actual gobierno de Colombia.

- La participación activa en eventos que permitan visibilizar la investigación y el observatorio.
DURACIÓN DEL PROYECTO
POSIBLES FUENTES DE FINANCIACIÓN EXTERNA
REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA ¿Qué es un observatorio de medios?

El interrogante que da título a este apartado nace de la revisión bibliográfica presentada en el capítulo anterior, de navegar por las páginas web de los principales observatorios de medios de América Latina, y de una entrevista hecha a los directores de observatorios de medios de diferentes facultades de comunicación Social y Periodismo de Colombia. El recorrido evidencia que las múltiples definiciones varían tanto como las experiencias que se encuentran alrededor del tema. Los observatorios se explican como una metodología, una institución, un proyecto, una práctica, un momento, una instancia.
Es necesario, entonces, concentrarse en la conceptualización que algunos autores hacen sobre el término en cuestión y entrar en debate a la luz de lo que en Colombia acontece con los observatorios. Susana Herrera manifiesta que “los observatorios son instancias de supervisión mediática que vigilan y controlan la actividad de los medios” (2005, p. 3). Controvertible definición. En principio podría pensarse que los observatorios se aproximan a la supervisión a través de las investigaciones en las que dan cuenta del tratamiento informativo a determinados temas. Pero, en concordancia con la rigurosidad de los términos, la supervisión y vigilancia implican no sólo el seguimiento y análisis sino la posibilidad de intervenir en el hacer del medio, lo que no ocurre porque los observatorios no cuentan con una fuerte influencia en el desarrollo de las actividades de los emisores, consecuencia de que en Colombia no existe un conducto de comunicación sistemático en el que los medios y la academia entablen diálogos funcionales sobre el quehacer de los primeros.
Otra manera de definir un observatorio lo presenta Sara Brombart y Ernesto Lamas, quienes manifiestan que “los observatorios de medios (…) son experiencias de participación social, de ejercicio de los derechos a la comunicación, la información y la libertad de expresión” (2003). Los observatorios en cuestión son, en su mayoría, una experiencia académica en la que la participación social se reduce al número de personas que trabajan directamente con el proyecto. De manera que no se trata de una experiencia comunitaria, a excepción de algunos proyectos que implican trabajo con receptores. Pero incluso en estos casos los receptores son un objeto de estudio a merced de los investigadores por lo que el concepto de participación social queda reducido a la participación ocasional de un grupo específico en talleres o focus grup. En este orden la definición en cuestión se aproxima más a las ligas de televidentes. Empero, no se desconoce que los otros tópicos que mencionan los autores en su definición son elementos fundacionales de los observatorios, pues en su mayoría estos proyectos tienen su razón de ser en el respaldo al derecho a la información y expresión de los ciudadanos a partir de análisis y llamados de atención a los medios de masas, aunque, dicho en el párrafo anterior, esos llamados de atención no tengan importantes consecuencias la mayoría de las ocasiones.
En la misma dirección Rogério Christofoletti asume que la observación de medios es una experiencia, que puede ser entendida como iniciativa y proyecto, que va desde un observatorio de medios y blogs hasta sites personales en la web (2006). Esta explicación no coloca límites epistemológicos y metodológicos, incluso diversifica la práctica a partir de las posibilidades que ofrece internet, lo que genera un alto riesgo de pérdida de rigurosidad, dado que se valida la observación y análisis de los medios hecha por cualquier sujeto. El único requerimiento es contar con un escenario digital que visibilice el análisis. Pero ¿quién legitima ese tipo de análisis?, el riesgo de los documentos de la web es que pueden ser producto de la inspiración más que de un proceso investigativo serio. Por lo tanto es contraproducente, incluso irresponsable, confundir un observatorio de medios con la opinión sobre los medios.
Jorge Iván Bonilla y Omar Rincón plantean que un observatorio de medios es “una estrategia de observación y análisis para hacer seguimiento a los medios masivos” (en Zuluaga, 2007, p.35). La explicación tiene la virtud de no limitar la experiencia a la difícil y controvertida tarea de vigilar y controlar; tampoco la reducen a espacios físicos y virtuales en los que se exponen las opiniones de algunos sujetos sobre los mensajes mediáticos. Por el contrario ubican a los observatorios en el plano de la investigación al hacer alusión a las estrategias de observación, esto es, metodologías para el seguimiento de medios de comunicación.
La definición anterior se aproxima al banco de experiencias que, desde hace una década, se suman en las Facultades de Comunicación Social de Colombia, en donde la investigación mediológica se viene desarrollando en el marco de observatorios de medios, tras un afán de la academia de seguir cuidadosamente, con metodologías cualitativas y cuantitativas, los contenidos de los medios de comunicación nacionales y regionales. El ejercicio lo justifican los directores de observatorios desde tres ángulos conexos: Los medios convertidos en empresas de los grandes grupos económico, el conflicto armado, y el uso de los medios como escenario de lucha de intereses de los actores del conflicto. Aunque no debe desconocerse otras causas como las actuales producciones de televisión sobre el tema del narcotráfico, el interés por los nuevos medios y sus formas de construcción de información, y la representación mediática de problemáticas específicas locales.
Dos definiciones más se acercan a la forma como en Colombia se comprende y se practica la observación de medios. Erik Torrico plantea que los observatorios son espacios de supervisión del desempeño mediático, en especial del campo noticioso (2009, en línea), y Germán Ortiz y Daniel Fernando López asumen que se trata de un laboratorio de experimentación para analizar medios masivos de comunicación y sus efectos en la sociedad (2002, p.6).
Ambas explicaciones describen los dos escenarios, más comunes, en los que los observatorios de medios surgen en las universidades del país. El primero es la consolidación de una instancia, o espacio, para observar los medios desde unas categorías específicas que responden a los intereses de la facultad, para lo cual se trazan líneas de investigación; se trata, entonces, del montaje, en primer lugar, del observatorio y, a posteriori, de la puesta en marcha de investigaciones concretas. El segundo escenario parte de un cúmulo de investigaciones sobre los medios de masas que de manera voluntaria o planeada producen los académicos, lo que en algún momento deciden enmarcar y posesionar como observatorio.
Es claro que los observatorios se definen a partir de su propia experiencia, atada al contexto en el que fueron concebidos. De esta forma se nombran como proyectos, cuando son el resultado de una o varias investigaciones, en este caso suelen estar adscritos a universidades; en el escenario académico también se denominan como espacios, nichos, lugares de experimentación o laboratorios de medios. Se bautizan como organizaciones sociales cuando el ejercicio de observar se pone en marcha por decisión de varios grupos privados o públicos. Se describen como entidades o instituciones al ser respaldadas económicamente por una o varias entidades. Y se nombran como centro de estudios independiente y entidad civil cuando son producto de organizaciones no gubernamentales.
Lo anterior no implica desconocer el esfuerzo que investigadores de distintas partes del orbe han hecho sobre este tema, pero es necesario seguir aunando esfuerzos que permitan una construcción epistemológica fuerte.

Contexto Digital

Dos elementos constitutivos de la sociedad se modificaron en tan solo dos décadas, generando transformaciones profundas en las culturas de occidente: la forma de transmisión e intercambio de datos y las maneras de interacción de los sujetos. Ambos consolidan un huracán tecnológico que modifica sustancialmente lo que encuentra a su paso.

Ese huracán es consecuencia clara de la llamada era telemática, que da lugar a la sociedad de la información o sociedad red. La telemática es producto de combinar los alcances de las telecomunicaciones y la informática. La primera surgió con la ruptura de la concepción espacio-temporal que se produjo con la invención del telégrafo en 1832, y que luego sorprendió al mundo con invención de la radio, la televisión y la telefonía móvil; su impacto se consolida en la posibilidad de transmisión de información de un lugar a otro en tiempo real. La segunda se produjo con la creación de la computadora en 1975, esto es un procesador y almacenador de datos visuales, textuales y sonoros. La convergencia de los desarrollos tecnológicos expuestos, permitió la transmisión y recepción de información a través de la red, entre sujetos con ubicación espacio-temporal disímil. Nicholas Negraponte, reconocido integrante del Instituto Tecnológico de Massachusetts, lo explica como: “la transformación de lo analógico en numérico, del átomo en bits. Las autopistas de la información son la circulación a escala mundial y a la velocidad de la luz, de bits inmateriales” (Flores J, Arruti A. 2001. p:25)

Los cambios que en el escenario de la telemática se dan son vertiginosos, apabullantes y, sobre todo, visibles y cercanos. Eso es lo interesante, todos estamos involucrados y no de manera ocasional. La red permea la esfera pública, privada e intima de los sujetos. A tal punto que no se trata simplemente de navegar en la red, sino de colonizarla, porque el universo factual se hace cada vez más un estado periférico. No en vano Mark Prensky construye la categoría nativos digitales para hacer alusión a los jóvenes que dominan perfectamente el lenguaje digital de los computadores, internet y videojuegos (2001, citado por Cabra F, p 324). Por equivalencia los investigadores han optado por llamar a los que quedan fuera de la categorización como ‘inmigrantes digitales’, “porque han tenido que adaptarse necesariamente a ese nuevo entorno y participar en un proceso de socialización diferente” (Cabra F. 2001. p: 324).

Dadas las condiciones a las que la tecnología lleva, es propicio extender la categorización para arriesgarse a hablar de medios de comunicación nativos digitales y medios de comunicación inmigrantes digitales. Los nativos digitales son todos aquellos que se crean exclusivamente para vivir en el ámbito digital, y que no han habitado, ni lo harán en el mundo físico. Esto alude a toda la ola de periódicos, revistas, emisoras y contenidos de televisión nuevos que surgen en el escenario de la red, para convivir con todas las condiciones de esa esfera. Del otro lado están los medios que tras una experiencia y tradición física, que no abandonan, se instalan también en la red como una forma de estar a la vanguardia de los cambios; el ejemplo más claro son los periódicos de circulación nacional que llevan toda la información del impreso a una versión on-line, incluso muchos de éstos cuentan con un nodo titulado Versión Impresa.
Es evidente que los mass media son parte del huracán que produjo el desarrollo telemático, al punto que ha obligado a los profesionales de la comunicación a repensar su quehacer, sus formatos, sus rutinas, sus públicos. Esto ha producido una división entre los periodistas que creen que el oficio está llegando a su fin por la descentralización que se da de la información, y entre quienes ven con entusiasmo todas las transformaciones que se producen en los medios y sumen una actitud de adaptación y cambio. Felipe Pena de Oliveira cita en su libro Teoría del Periodismo dos posturas que aluden a lo expuesto:
“Para el profesor Elias Machado, presidente de la Sociedad Brasileña de Investigadores en Periodismo, la matriz tecnológica del periodismo digital hace añicos el modelo de contenidos centrado en el profesional, pues gran parte de las tareas de averiguación, actualización y seguimiento de los hechos queda por cuenta de los agentes inteligentes, programas de búsqueda especializados capaces de una rutina ininterrumpida de trabajo” (2009, p: 189). Pena de Oliveira presenta la postura de la periodista Polyana Ferrari, autora de Jornalismo Digital: “es preciso preparar a las redacciones y a los periodistas para las transformaciones de la profesión, desarrollando una visión multidisciplinar y la capacidad de trabajo en diversos medios” (2009, p: 189).
Las posturas son válidas, pero más allá de caer en el maniqueismo, es necesario aceptarlas como verdades complementarias, en tanto que si se reconoce la primera como una realidad que cada minuto cobra más fuerza, la segunda debe entenderse como una propuesta de reacción que invita a dejar a un lado las nostalgias y ser consecuentes con las transformaciones de la época.
Estas transformaciones son categorizadas por Roger Fidler (1998) como mediamorfosis. Según el autor “todas las formas de medios de comunicación coexisten y coevolucionan dentro de un sistema complejo de adaptación y en crecimiento. En el universo informativo los nuevos medios no aparecen espontáneamente e independientes. Emergen de forma gradual de la metamorfosis de medios más antiguos” (Álvarez Marcos J. 2003, p 238). De modo que lo que acontece desde la década de los noventa en los mass media es, claramente, una mediamorfosis, que no implica un cambio traumático en las formas y sistemas, sino una lenta adaptación entre las características de lo analógico y las de lo digital.
Una notable mediamorfosis a la que todos asistimos es el ocaso de las fronteras entre los diferentes medios. Los límites se desvanecen con cada segundo, porque en internet los cambios se producen en un santiamén. Hoy la prensa, reducida anteriormente al texto escrito y la fotografía, cuenta con elementos sonoros y audiovisuales, propios de la radio y la televisión respectivamente. De la misma manera la radio, además de escucharse, se lee y se ve en los espacios web de los que disponen. Y la televisión, por su parte, a las imágenes en movimiento le agrega texto y audio. A lo descrito hay que sumar las nuevas herramientas tecnológicas de las que todos ellos disponen y usan de forma similar como los chats, los foros virtuales, las infografías, las redes sociales, entre otras. Frente a esto la postura de Ferrari es clave, sobre todo para quienes desean sobrevivir en el nuevo sistema mediático.
Lo cierto es que la fusión mediática que se consolida lleva a pensar que en el futuro cercano los nombres que identifican a cada medio pueden desaparecer. Incluso hoy muchos prefieren hablar de medio digital, más que aludir a antiguas denominaciones. Esto cobra fuerza si se reconoce que los medios de comunicación tradicionales se definen por “sus características propias, y estas características vienen determinadas, entre otros factores, por la adopción de y las posibilidades que ofrece esa tecnología” (Álvarez Marcos J. 2003, p: 262).

Prensa Digital

La prensa es el primer medio de comunicación que la gente vio migrar a la red. En un principio los periodistas y editores se limitaron a presentar en el canal electrónico la información que circulaba en la versión impresa, lo que abrió la discusión sobre las características del periodismo y los nuevos medios y, en consecuencia, los cambios que debían producirse.
Los cambios más visibles que la era telemática trajo a la prensa son, en principio, de orden material. De lo impreso se pasa a lo digital, lo que implica un bajo costo para la empresa mediática, debido a que ya no requiere del papel ni de los procesos industriales de impresión.
“Un genuino documento digital es el que está concebido para que, en su forma final pueda ser visto o leído en el monitor de dispositivo informático y utilizando, al menos en parte (…) la micronavegación (navegación en el interior del hiperdocumento) y la macronavegación (navegación entre distintos documentos), las diferentes formas de interactividad, etcétera” (Codina L, 2003, p: 142). Este genuino documento ya no tiene, al menos desde lo técnico, límites de espacio, lo que permite gozar de una amplia información.
Sin embargo, la inmaterialidad obliga a la empresa a concentrar esfuerzos en difusión publicitaria, para acercar a los receptores al nuevo medio, sobre todo a aquellos inmigrantes digitales. Para tal efecto los medios se ve en la necesidad de contar con profesionales expertos en la web que consoliden diseños apropiados a la tecnología, así como actualizar a los periodistas y editores en la manera de construir la información tanto en el contenido como en la forma.
Forma y contenido configuran el segundo cambio que, por su sustancia, es de tipo comunicativo. En cuanto a la presentación de la prensa digital el lenguaje escrito y visual empiezan a compartir terreno con el lenguaje sonoro y audiovisual, tal como se había explicado en el apartado anterior. Esa fusión de lenguajes se denomina multimedia. “El soporte digital permite hablar más que de un medio, del multimedia entendido como la integración de los demás medios conocidos: prensa, radio y televisión” (García de Torres Elvira y Pou Amérigo Maria José, 2003, p: 72).
Sin embargo, al detenerse y explorar las páginas de los principales medios escritos de ocho países latinoamericanos (Venezuela, Ecuador, Perú, Panamá, Honduras, República Dominicana, Costa Rica y Nicaracgua) se encuentra que la matriz de estos diarios sigue siendo la escritura y la imagen estática. Los archivos de audio y vídeo son pocos y ocasionales. Sin embargo, es claro que la inmersión tecnológica es un proceso lento pero dinámico que va en crecimiento. “En el caso de internet tanto los medios como los periodistas se encuentran aún en una fase experimental en la que se aplican viejas fórmulas y se inventan otras nuevas para adaptarse a las innovaciones tecnológicas” (Alonso J y Martínez L, 2003, p:265).
Lo cierto es que la multimedia abre las puertas a la prensa digital para consolidar otras maneras de contar la realidad, al superar el límite de texto escrito y pasar a la mezcla de lenguajes. Así, por ejemplo, una historia va de una interfaz compuesta de elementos escritos a otra complementaria de orden visual, sonora y audiovisual. Esto hace que periodistas y teóricos discutan si la mezcla de lenguajes da lugar a pensar en nuevos géneros, o si se trata simplemente de los tradicionales adaptados a la tecnología. Antonio López Hidalgo asegura que: “El avance del periodismo digital está planteando ya la necesidad de encontrar nuevas fórmulas narrativas y formales específicas para cada medio que no estén tan estrechamente ligadas a los diarios impresos como hasta ahora lo han estado” (2009, p: 221). La propuesta es clara, se trata de consolidar nuevos géneros a la luz de las posibilidades que brinda la multimedia.
Elvira García De Torres y María José Pou (2003) proponen hablar de multimedia de convergencia y multimedia de divergencia. La primera la explican como la suma de varios formatos utilizados para comunicar; en el segundo caso explican que el producto se fragmenta para adaptarse a las necesidades de cada soporte. Las mismas autoras introducen el concepto de narración duplicada para referirse a los casos en los que el periodista toma un mensaje del medio impreso y lo llevan al medio digital sin ninguna adecuación al nuevo medio. Al respecto los expertos del tema aseguran que “desde la concepción del relato éste debe plantearse en el lenguaje propio del soporte” que es en este caso multimedial. Incluir estas exigencias en las rutinas periodísticas es apenas un proceso en el que se encuentran la mayoría de periodistas.
Además de lo multimedial los nuevos medios exigen una arquitectura de contenidos adecuada a la plataforma tecnológica. Se encuentra una similitud de forma entre los medios impresos y la prensa digital. Como ocurre en los medios tradicionales, la información se ubica en un espacio que se denomina sección y se corresponde con los tipos de fuentes periodísticas tradicionales (Política- Economía- Deportes- Internacionales- Locales-Judiciales), las secciones son llamadas también, en el entorno digital, nodos o lexías.
En la actualidad se habla de dos modelos de nodos digitales que pueden encontrarse en un espacio web: 1) Nodos estructurales, cuya característica es la similitud en la presentación o diseño de cada uno de ellos dentro de una misma página, pese a tener contenido diferente. 2) Nodos irrestrictos que se caracterizan por tener estructuras disímiles, dentro de una misma página.
Hipertexto
La manera de acceder a la información que cada nodo oferta, el tipo de datos que la componen, y la forma de escritura y de lectura que en ese espacio se permite es lo que produce un abismo entre la vieja y la nueva prensa, si se permite la nominación. La suma de estas partes configura lo que se denomina Hipertextualidad.
“A medida que nuestra cultura se vuelve más y más digital, y a medida que nos resulta más familiar avanzar en una estructura de información y acceder al conocimiento mediante navegación, la teoría sobre la cual se sustenta toda esta maravillosa operación cognitiva, la teoría hipertextual se torna transparente” (Codina, 2003, p: 142). Es necesario indagar por los elementos que componen esta teoría para determinar sus alcances. La Real Academia de la Lengua (2001) define lo hipertextual como “el texto que contiene elementos a partir de los cuales se puede acceder a otra información” lo que implica un orden de lectura que rompe con la linealidad, pero que también puede acudir a ese orden ocasionalmente. El concepto fue acuñado en 1970 por Theodor Nelson, para describir un proceso informático que permitía un tipo de escritura y lectura no unidireccional, en el que es el lector quien decide qué desplazamientos hacer para adquirir el tipo de información que necesita.
Para lograr una definición más clara vale la pena tomar dos posturas complementarias. García De Torres y Pou plantean que “El hipertexto es un modo de escribir y leer siguiendo un procedimiento más próximo al proceso de razonamiento humano. Por asociación de ideas” (2003, p:74). Javier Díaz y Ramón Salaverría (2003) se introducen en la teoría de los juegos, propuesta por el matemático John von Neumann, para explicar que “al igual que los participantes de un juego, los diferentes actores de una situación social deben adoptar una u otra decisión en un momento dado, lo que, si se hace mediante un plan establecido, da lugar a una estrategia (…). Del mismo modo, la recuperación de la información hipertextual se produce mediante la toma de decisiones por parte del lector que seguirá así su propio camino”. (p:95).
El camino hipertextual está trazado por los nodos y los enlaces que estos contienen. Es preciso señalar que los enlaces son las conexiones que existen entre las partes de un mismo hiperdocumento o diferentes hiperdocumentos. Lluís Codina distingue 13 tipos de enlaces según el tipo de lectura que permiten . Otro término que se introduce es el de los anclajes, que son los indicios del enlace, y se reconocen porque el periodista (autor o web máster) los presenta con un subrayado o un color diferente, su tarea es anunciar qué parte del hiperdocumento lleva a otro lado.
Paradójicamente a lo que se pensara sobre la libertad del usuario a la hora de la micronavegación por un hiperdocumento, Martin Engebretsen (2001) señala que siempre hay una ruta dominante. Para explicar esto toma de analistas del discurso como Teun Van Dijk la categoría coherencia que se ocupa de la lógica de conectividad entre diferentes nodos, al punto que el usuario pueda construir un texto efectivo (citado por Díaz J, Salavarria R, 2003, p: 104, 105,106).
Hiperdocumento
Se viene hablando de hipertexto y de hiperdocumento. Es necesario, en este punto, aclara las diferencias y similitudes conceptuales entre ambas categorías. Codina (2000) asegura que ambos conceptos se usan para nombrar un mismo elemento, en este caso un texto digital en el que se pueda navegar de forma secuencia y no secuencial. Empero, advierte que “cuando utilizamos el término hiperdocumento estamos refiriéndonos de forma expresa a los aspectos de organización y de representación de la información que permiten los documentos digitales ser tratados de manera hipertextual” (2003, p:144).
Los hiperdocumentos, según Codina (2003), contiene cinco propiedades, a saber: El grado que es el nivel de navegación y/o interactividad; el autor plantea el grado 1 cuando el hiperdocumento contiene secciones unidas en forma de red sin ninguna herramienta de ayuda a la navegación como índices, mapas de contenido. El grado 2 cuando contiene, además de los elementos del grado 1, sumarios y/o índices. El grado 3 cuando contiene, además de los elementos del grado 2, un sistema de recuperación de información. El grado 4, cuando contiene, además de los elementos del grado 3 varios sistemas de interactividad avanzada.
El segundo elemento es la estructura lógica que está determinada por una caracterización física del hiperdocumento. Tal estructura lógica está fijada por las opciones de navegación (grado) que le permite al receptor. Codina plantea cuatro tipos de estructuras: La estructura lineal con alternativas, que implica una lectura secuencial de un nodo a otro nodo. La estructura en red, que permite navegar desde varios nodos iniciales a otros hiperdocumentos, y de estos hacia otros, con la opción de enlazarse a cualquiera desde múltiples anclajes que el hiperdocumento contiene. La estructura en árbol que contiene barios nodos, y cada uno de ellos, de forma independientes, permiten unos desplazamientos secuenciales. Y la estructura mixta que permite una mezcla de todos los anteriores.
El tercer elemento es la conectividad enmarcada en la micro y macronavegación, explicadas al inicio de este capítulo. El cuarto elemento es la Autoría o Fuente que se clasifican como anónima, implícita y explícita; al respecto el autor anota que: “Por desgracia existe una inexplicable tendencia a obviar información respecto a la autoría, la fuente o ambas en las publicaciones digitales” (2003, p: 159). El quinto elemento es la metainformación que corresponde a los datos esenciales que debería contener todo hiperdocumento.
Categorización
Todo lo expuesto en los parágrafos anteriores evidencia que presenciamos el desarrollo de una nueva prensa que transforma su lenguaje, sus ritmos de producción, sus lógicas de construcción de información, la manera de visualizarse y consumirse, y por lo tanto su manera de relacionarse con los receptores. Para sintetizar todos esos cambios vale la pena concentrarse en la caracterización del discurso digitalº mediático que hace José Álvarez Marcos, profesor de la Universidad de Sevilla. Según el autor “el nuevo discurso cibernético, propio del ciberperiodismo, tiene cinco características definitorias que condicionan tanto la estructura redaccional de las informaciones como su presentación visual y gráfica” (2003, p: 243).
Multimedialidad: La escritura del periódico se mezcla con el sonido y la imagen en movimiento, pero también con otra cantidad de elementos inherentes a las estructuras digitales como botones y cajas de búsqueda. “Estos nuevos objetos (…) también configuran la estructura redaccional de sus informaciones y su posterior lectura” (2003, p: 243).
Hipertextualidad: Gracias al lenguaje hipertextual los diarios cibernéticos adquieren una tercera dimensión, porque permite una navegación al interior del hipertexto, a través de enlaces que posibilitan la ampliación de la información. Se rompe de esta manera con la linealidad de la comunicación analógica.
Instantaneidad: Con los nuevos medios la manera de concebir el tiempo periodístico cambia, los medios tradicionales hablaban de actualidad, no obstante los medios digitales dan paso a la instantaneidad. “En internet la estricta noción de actualidad adquiere una dimensión nueva por el hecho de ser acumulativa, y no sustitutiva, acumulativa y secuencial como se materializa en los medios convencionales” (2003, p: 243).
Interactividad: El proceso comunicativo que imponen los nuevos medios implica un receptor más activo que el de los medios convencionales, en tanto puede intervenir, en algunos espacios, directamente en la información con comentarios, vídeos y audios. De modo que complementa, refuta u opina sobre el relato que el sujeto emisor a puesto en el espacio digital.
Universalidad: “En la red ningún periódico se agota y no existe más barreras y distancias que las impuestas por el ancho de banda utilizable y la calidad de los accesos” (2003, p: 243). Al fragmentarse el concepto de distancia y tiempo la información de cualquier periódico digital del mundo se obtiene en segundos, lo que genera en muchas personas un interés por hechos distantes a su contexto inmediato.

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